SalesianAs: 150 años en clave de mujer

 

Como cada 8 de marzo, celebramos el Día Internacional de la Mujer. Pero, ¿qué y por qué lo conmemoramos realmente? Vivimos en una sociedad en la que nos dejamos llevar por lo que es tendencia, sin detenernos a analizar la importancia de conocer qué es lo que realmente lo fundamenta.

El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, anteriormente denominado Día Internacional de la Mujer Trabajadora: sin embargo, esta fecha es un día para lidiar por la igualdad, la colaboración y el reconocimiento de los derechos de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad; no sólo en lo laboral.

Todo se remonta al 8 de marzo de 1857, donde cientos de mujeres de una fábrica textil en New York reivindicaron la precariedad de sus salarios frente a los de los varones, y las duras condiciones laborales que padecían. Desde entonces fueron numerosas las manifestaciones y las mujeres que se sumaron a estos movimientos en diferentes países del mundo, abogando por sus derechos. Hasta tal punto, que el 8 de marzo del año 1975 fue oficialmente institucionalizado por las Naciones Unidas.

Esta fecha es por tanto un pretexto para insistir en la igualdad de género,  para educar a nuestros jóvenes dentro y fuera de las aulas y para hacerles comprender el significado de la palabra “feminismo”, erróneamente preconcebida en muchas ocasiones. Cierto es que, afortunadamente, la labor de la mujer ha ido evolucionando con el paso del tiempo, sin embargo, todavía hoy muchas mujeres siguen sufriendo violencia machista y ven vulnerados sus derechos fundamentales en todo el mundo; y es bueno, más bien necesario, que esto se entienda desde los primeros niveles educativos. Y es que, a lo largo de nuestra historia muchas mujeres han sido pioneras en distintos campos de la investigación. Sin embargo, muy pocas aparecen en los libros de texto de las materias relacionadas. Por lo que es bueno que nos “calemos” del valor de esas mujeres que lucharon en las dificultades de su tiempo, y que lo lleguemos a impregnar igualmente en nuestros jóvenes.

Sólo hemos de volver la vista atrás, a Mornese y a María Mazzarello: ella fue una verdadera educadora de la juventud femenina. Una mujer fuerte y valiente, que aún con una importante enfermedad a temprana edad, cambió el rumbo de su vida y emprendió un taller de costura para las muchachas de Mornese, para enseñarles a coser y a amar al Señor. Y aquí nos encontramos: conmemorando el 150 aniversario de la fundación del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, de la que la misma María Mazzarello, tras la visita de Don Bosco a Mornese, llegó a ser la primera Madre General.

Y es que nacemos del corazón de mujeres fuertes, emprendedoras, resolutivas. Con la misma ilusión que Don Bosco.

Sólo hemos de continuar su labor. Pero sobre todo, hacérselo saber a ellos. A nuestros jóvenes. Al futuro de nuestra sociedad.

Hoy,  también,  #TodAsSomosMornese