“Hoy no se clausura nada: hoy empieza un nuevo centenario”. Con estas palabras, don José J. Gómez Palacios, SdB, concluía la eucaristía que el pasado sábado 19 celebramos en la parroquia de san José en el último acto del centenario de la presencia salesiana en Torrent.
Hace un año iniciamos una gran fiesta: el salón de actos del colegio, lleno a rebosar de salesianas, alumnas, amigos y autoridades, era un perfecto resumen de lo que las salesianas han significado para Torrent. A las pocas semanas, inauguramos el parque Laura Vicuña: una manera sencilla de seguir siendo presencia esperanzadora en nuestra población. Después volvimos atrás la mirada con la exposición que revisaba nuestra historia en la sala multiusos de l’Antic Mercat.
Aún quedaban varios actos por celebrar cuando la pandemia mundial nos hizo quedarnos en casa. Así, en mayo vivimos desde las redes la celebración de la fiesta de nuestra madre María Auxiliadora. Y lo que hubiera sido una multitudinaria procesión por las calles del Poble Nou, se convirtió en un encuentro virtual donde miles de personas, a través de la tecnología compartieron con nosotras la devoción por la virgen y su sentimiento salesiano.
En la homilía del pasado sábado, el sacerdote recordó algunos rasgos fundamentales de Maín: de su madre asumió el sentido positivo de la vida y de su padre la confianza en Jesús, Buen Pastor, que cuida de sus ovejas. Hoy, más que nunca, las salesianas debemos seguir sonriendo, aunque sea sólo con los ojos, para continuar dando vida al sueño de don Bosco.
Con ese espíritu, las salesianas que formamos la comunidad de Torrent y las que hemos nacido en esta ciudad, renovamos nuestra profesión religiosa: agradecemos así los dones recibidos y nos ponemos al servicio del Espíritu para seguir cuidando la vida y poniendo nuestro corazón al servicio de los demás, al estilo de don Bosco y madre Mazzarello.
