Este año, los actos de María Auxiliadora iban a representar el momento cumbre de la celebración del centenario de la presencia salesiana en Torrent, pero las circunstancias nos han hecho vivir una fiesta sencilla, pero tal vez más entrañable.
No hemos celebrado la tradicional procesión, pero María ha estado presente, asomada a su barrio. A ella se han podido acercar, con las pertinentes medidas sanitarias, los niños, vecinos y demás devotos que han querido ver de cerca a la virgen de los tiempos difíciles.
Y el domingo, desde nuestras redes sociales hemos compartido la mesa de la eucaristía con nuestro obispo auxiliar don Arturo, que nos ha encomendado la misión de sonreír siempre bajo la mascarilla con la seguridad de que nuestro futuro está en “hacer lo que Él diga”.
La colaboración de las familias del cole ha permitido que la fiesta haya desbordado los límites del cole o incluso del barrio. Como decíamos antes, no ha habido procesión, pero posiblemente, este año, María Auxiliadora haya llegado más lejos que nunca.